🌍 Aprendiendo a gestionar retos y trabajar en grupo💡🧠

A medida que avanza nuestro proyecto eTwinning, nuestros alumnos están viviendo en primera persona uno de los aprendizajes más valiosos que este tipo de experiencias ofrece: aprender a gestionar conflictos y desafíos reales.

No se trata solo de usar el inglés o de preparar materiales atractivos para sus socios europeos; también están empezando a descubrir la importancia de coordinarse con otros, organizar el tiempo y respetar diferentes maneras de trabajar.

En estas semanas previas a su primera videollamada, los nervios están a flor de piel. Todos quieren que salga perfecto: que las tareas estén listas, que el grupo funcione como un reloj, que cada detalle encaje. Pero precisamente en ese proceso —en las pequeñas diferencias, los momentos de desacuerdo o los cambios de última hora— está surgiendo el aprendizaje más profundo: La gestión emocional, la empatía, la escucha activa y la paciencia.

Aprender a trabajar con otros no siempre es fácil. Requiere tiempo, flexibilidad y la capacidad de aceptar que los errores o los conflictos también forman parte del camino. Gracias a este proyecto, nuestros alumnos están desarrollando competencias personales y sociales que les acompañarán mucho más allá del aula: la colaboración, la autorregulación y la confianza en sí mismos.

💬 Reflexión del grupo sobre los retos

Tras analizar las aportaciones de nuestros alumnos, se puede observar que todos coinciden en que la coordinación y la gestión dentro del grupo son los mayores desafíos. Al tratarse de un proyecto con muchos participantes, surgen distintas formas de trabajar, opiniones y ritmos personales que, en ocasiones, dificultan la organización y la toma de decisiones.

Algunos estudiantes destacan la dificultad de ponerse de acuerdo en los horarios y en la distribución de tareas, mientras que otros mencionan la gestión del tiempo y la necesidad de mantener la calma en momentos de tensión. Aun así, todos muestran una actitud reflexiva y positiva, deseando adaptarse y colaborar para que el proyecto sea una experiencia agradable, enriquecedora y divertida para todos.

💡 Comentarios individuales

🧠 Claudia:

“Para mí, la coordinación es lo más difícil, ya que somos muchas personas y cada uno tiene su opinión y su forma de hacer las cosas. Aunque pienso que con el tiempo, la organización y gestión irá mejorando porque nos iremos adaptando a las necesidades de cada persona. Otro tema importante es la gestión del tiempo: de momento no hemos tenido problema, pero no sé si más adelante el proyecto requerirá más tiempo y tendremos que gestionarlo bien.”

🤝 Víctor:

“Lo que me resulta más difícil de trabajar en grupo es que nos pongamos de acuerdo en los horarios para quedar y en la forma de organizarnos. A veces cada uno tiene su propio ritmo o manera de trabajar, eso hace que organizar las tareas sea más difícil. En mi caso, intentaré adaptarme y organizarme mejor con mis compañeros; así conseguiremos que el trabajo sea una actividad entretenida, bonita y con la que todos disfrutaremos.”

💬 Melisa:

“En mi opinión, creo que al ser muchas personas no nos coordinamos bien y la gestión no pudimos hacerla de manera correcta. Creo que había gente un poco tensa por cualquier cosa que les sucediera y así no podíamos trabajar de manera correcta. Espero que el lunes podamos tener una sesión más tranquila y con muchas ganas de conocer ya a los demás compañeros.”

💡 Carmen:

“Yo pienso que lo más difícil de un trabajo en un grupo grande es ponerse de acuerdo en las cosas que hay que hacer. Bien es cierto que poco a poco estamos aprendiendo a manejar algunos choques de opiniones, pero nos queda mucho por aprender y creo que esa es una de las metas del proyecto. Me pongo primera al decir que me pongo nerviosa si la gente no opina lo mismo que yo, pero creo que las siguientes sesiones serán mejores y estaremos de acuerdo en más aspectos.”

🌟 Conclusión

A través de estas reflexiones, vemos que los retos de coordinación, organización y gestión del tiempo son parte natural del trabajo en grupo, especialmente cuando participan muchas personas con ideas y ritmos diferentes.

Sin embargo, también se observa un claro crecimiento personal: los alumnos aprenden a adaptarse, comunicarse y colaborar, desarrollando competencias sociales y emocionales que los acompañarán más allá del proyecto. Cada sesión, cada pequeño choque de opiniones y cada ajuste de última hora contribuye a formar equipos más sólidos, responsables y resilientes, preparados para enfrentar nuevos desafíos de manera positiva y efectiva.